sábado, 12 de enero de 2008

Sobran palabras ...





Ángel González







EPÍLOGO

Me arrepiento de tanta inútil queja,
de tanta
tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
Ahora
sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme ll0rar:

una resurrección, ninguna muerte

3 comentarios:

Tanhäuser dijo...

Al menos nos queda su recuerdo, su obra y un ejemplo como pocos de lo que significa estar comprometido con las personas.
Besos

Daniela Haydee dijo...

Tras lo concreto se oculta lo grande. Unas pocas y sencillas palabras no son sino el preludio de que lo mejor, es lo que no sé lee, y cuya existencia se advierte.

Un saludo.

Pd: buena elección.

Uno dijo...

Yo me enteré ayer de su muerte por la radio. De su muerte y de su existencia pues confieso que no lo conocia de nada.

Lo que has publicado invita a indagar en su obra. Quizá esa sea la mejor forma de persistir a pesar de nuestros caducos embalajes: creando "algo" que emocione a los demás y les haga sentir y/o pensar.

Un gran acierto tu post.

Besos