Ángel González
EPÍLOGO
Me arrepiento de tanta inútil queja,
de tanta
tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
y justifican toda, cualquier pérdida.
Ahora
sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme ll0rar:
una resurrección, ninguna muerte
3 comentarios:
Al menos nos queda su recuerdo, su obra y un ejemplo como pocos de lo que significa estar comprometido con las personas.
Besos
Tras lo concreto se oculta lo grande. Unas pocas y sencillas palabras no son sino el preludio de que lo mejor, es lo que no sé lee, y cuya existencia se advierte.
Un saludo.
Pd: buena elección.
Yo me enteré ayer de su muerte por la radio. De su muerte y de su existencia pues confieso que no lo conocia de nada.
Lo que has publicado invita a indagar en su obra. Quizá esa sea la mejor forma de persistir a pesar de nuestros caducos embalajes: creando "algo" que emocione a los demás y les haga sentir y/o pensar.
Un gran acierto tu post.
Besos
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