Tarde de domingo cándida

Ésta mañana, tarde para algunos, el reloj marcaba la hora en la que ya no queda País Semanal en el quiosco cercano a casa. Mierda. Quizá en la gasolinera de los peruanos – he pensado-. Desde que están ellos allí, no te falta una baguette que llevarte a la boca, ni una bolsa de chips para un vermouth o un diario… me he puesto un vestido ‘’cualquier cosa’’, de esos que nunca debes ponerte no sea que te vea alguien conocido, total , voy en coche (¡! BURRA ¡! :el coche no se aparca nunca en la puerta y tienes que ir andando del coche hasta el DESTINO) … esa memez iba pensando, no me da para más si me tengo que fijar en las señales de tráfico, los peatones, los coches, ….cuando he visto que la Fleca del barrio estaba abierta….genial. He bajado del coche y he intentado pasar entre la gente sin mirarlos, como si tuviera una enorme mancha de tomate en la falda del vestido ‘’cualquier cosa’’- que nadie me salude -…..la panadería estaba cerrando… ¿les queda algo de pan?- pregunta imbécil donde las haya ante unas estanterías vacías y limpias que esperaran el pan del lunes tras un domingo ajetreado-. De pronto, las dos dependientas se han mirado, han mirado el reloj, se han vuelto a mirar y una de ellas (el poli bueno), le ha dicho a la otra, ‘’dale algo’’. La otra ha refunfuñado en lenguaje no audible, y me ha casi lanzado una barra de medio encorsetada en una fundita de papel marrón…’’ya no vendrán a buscarla’’...Yo he mascullado un ‘’me haces una reina’’-todavía no se porqué, yo quería un diario, malditas películas francesas, no hay quién compre un diario sin baguette un domingo por la mañana - ..y he salido por patas. Ya en el coche, me he dado de bruces con el nombre de “Cándida’’ que rezaba en la funda de papel marrón. Sería la dueña que no llegó, supongo.
No desespero, ahora a por el diario…igual llego antes de que salga el del lunes.
En el quiosco de la estación, el tendero estaba recogiendo los diez mil suplementos flacuchos “ verás la semana que viene, como engordan los joíos “ -decía- y ante la pregunta de “¿le queda algún País ? ”.. ha soltado a los raquíticos enfundados en plástico en el mostrador, y ha sacado un país maltrecho de debajo de una pila de vanguardias no menos siniestras…. En letra negra, bajo el 2.20 euros, rezaba de nuevo “Cándida”.
“Llévatelo , hoy ya no vendrá”.